Flores para Saulo

Flores para Saulo es el título de una exposición, el título de un tiempo de dibujo y de grabado, el tiempo descubierto de nuevas realidades e inquietudes. 

Aquí está la historia de este tiempo. (Una historia que irá y volverá, que nació y nacerá cada vez que alguien quiera hacerla crecer).

El año 2014 fui súper ilusionada de viaje a Turquía con José Manuel (el cura) y un grupo de peregrinos, de la iglesia de la Purísima.

Estuvimos todo el año preparando el viaje, descubriendo acontecimientos históricos, geográficos, y bíblicos.

El tercer día de viaje, domingo 20 de julio fuimos a Tarso y allí conocí a tres monjas de la orden Hijas de la Iglesia de Tarso que se llaman "Concheta" "Agnese" y "María".



Sentada en la iglesia, convertida en museo, el museo de Tarso, mirando alrededor y buscando elementos cristianos no encontré nada, las paredes y el techo estaban blancos, un lienzo blanco; no había cruz, no había imágenes, no había santos... vacío.

En el techo, bordeando el clavo que hacía de sujeción de algún lucernario de otra época asomaban en la escayola unas florecillas.

"Florecillas absueltas de la limpieza, del expolio, del despojo y testigo de la decoración que hubiera habido en ese lugar".

Una mezcla de sentimientos y pensamientos se agolpaban en el fluir de mi lápiz a la libreta, como siempre compañeros inseparables de viaje.

Flores, Flores, Flores... Las Flores son ecuménicas.

La sonrisa de Concheta que nos contaba la soledad, la persecución que vivían y la dificultad para compartir la fe con los cristianos (pocos y minoritarios en el lugar) hablaba de amor del bueno, de amor de verdad, de amor testigo y testimonio en el lugar donde nació el Amor con mayúsculas para mi. De esa oración (dibujada) y de la búsqueda de flores en la biblia nació: "Flores para Saulo".

Sin saber que se iba a llamar así, "Flores para Saulo", (ya que fuimos tras los pasos de Pablo), la situación de persecución transmitida era tal, que parecía que no había pasado el tiempo, "Saulo, ¿por qué me persigues?".

Cuando tenía un rato en el viaje buscaba flores en los textos de la biblia... y cuando llegué a casa seguí buscando flores: y estaban, algunas repetidas hasta 101 vez como la flor del lino, lino con el que vestiría Jesús antes de ser crucificado.

Una exposición para Tarso, para las hijas de la iglesia era el objetivo, una exposición ecuménica, que no les diera problemas con los inspectores pero que estuviera en La Palabra. Cada flor dibujada estaba en la biblia de tal forma que si en el cuadro aparecía una ruda es porque en la traducción castellana ruda estaba una vez y si en el dibujo veías 101 flores de lino es porque en la biblia se repiten 101 veces el nombre de esa flor.

Y así surgieron doce bocetos titulados: dos de casia, seis de lirio, diecinueve de mirra, veintinueve de acacia, cuatro de nardo, una de azafrán, doce de hisopo, cuatro de hinojo, una de ruda, cuatro de comino, seis de mandrágora y ciento una de lino.

¿Por qué el número elegido es 12? Por las tribus de Israel, por los apóstoles...







Comencé a hacer unos dibujos con lápices de colores y cuando los terminé decidí que se convertirían en grabados. La técnica elegida: xilografía en carborundo. 12 dibujos, 36 tablas, 48 grabados que se han convertido en 4 series de 12 a cuatro tintas.







En mayo de 2017 terminé de estampar los últimos grabados.

Con la ilusión de haber terminado el trabajo les envié a  Concheta y a sus hermanas una copia montada sobre cartón pluma para que pudieran hacer una exposición y si querían y podían vender algunas postales.

El 5 de marzo me contestaron agradeciéndome el regalo y comunicándome la dificultad que tenían para exponer cualquier cosa, ya que la guerra de Siria había recrudecido las normas establecidas y no llegaban peregrinos al lugar. Las pondrían en su capilla: ¡Una exposición para tres monjas a 4.642 km de distancia!

Les envié unos carteles de la exposición y unos marcapáginas, semilla de lo que tenemos entre manos y buena semilla viendo donde nos encontramos.

El título el mismo: Flores para Saulo. Y las barras de las flores: pixeladas. ¡El color de los grabados iluminará la alegría de esas hermanas!.


Mientras preparaba la exposición Pan, en la iglesia de la Purísima, sentada delante del sagrario y preguntándo (al jefe) cómo poner cuadros sin clavar un clavo, después de descubrir (gracias al jefe) cómo poner cuadros sin clavar un clavo me encuentro con Fructuoso en el salón del papel el 20 de febrero de 2018.

-. ¡Qué bien que te encuentro! 
-. ¡Qué bien que me encuentras! me dijo él. 
-. Tengo que hablar contigo y hacerte una propuesta que no me deja de rondar la cabeza... 

Fructuoso me dijo que tenía retiro con las monjas Agustinas y cuando terminó quedamos para hablar.

Le cuento toda la historia con las Hijas de la Iglesia, y el 23 de febrero le reenvío el correo de las cartas que le mandé a las monjas y las fotos. Quedamos en su casa el 28 de febrero. A las 18:15 h, corriendo de una reunión de trabajo llego a su habitación y después de disfrutar de su maravillosa y espectacular vista (la Catedral de esta santa ciudad de Salamanca a punto de ser iluminada... del amarillo Nápoles al verde palo y del verde palo al amarillo indio, luego irremediablemente llegará el oro), le enseño los grabados, las tablas, los bocetos, el papelillo donde tengo apuntados el nombre de las flores y hablamos de colores, de los suyos, de los míos, y de los nuestros.

Nos reímos, hablamos de la luz, de los pobres, la espiritualidad y el arte. 

Hablamos también que de este proyecto se pudiera sacar un beneficio económico para algún colectivo, de los más pequeños, de las mujeres que andan en huertos o de jóvenes en enchufes y comedores. Me enseñó sus cuadros, sus botes llenos de cosas, me habló de lupas, de texturas... y al final me mira y me dice que sí. Que le gusta la propuesta, que escribirá algo y que me enviará un texto.



 












El 6 de marzo, recibo de Fructuoso un borrador maravilloso... y con toda la libertad el 10 de marzo de 2018 a las 12:07 h. me envía el texto final.

El 30 de marzo de 2020 Fructuoso nos deja. El proyecto queda a medias. Reunidos en la Unidad Pastoral vemos que tenemos que terminar el proyecto y manos a la obra.

Los libros, que son dos, se van a convertir en un libro de artista unidos por un fajín. El fajín es el abrazo de la Unidad Pastoral que con Poli y Matilla nos dan el "Ruah", para que comience a respirar.

El diseño y la maquetación vuelan hasta Navarra, a las manos (manos compañeras de viaje, de BBAA y de vida) de Carmen Arias Gallego de Encuadernaciones Baigura y su estupendo marido Sergio Herrero García que se dedican a mimar este libro mientras lo pliegan, lo piensan y lo sacan al sol para ver si los colores serán o no serán los elegidos.

Tenemos empujando a mucha gente desde arriba: Fructuoso el primero, "La Monja" la tía de Carmen, (Sor María Eufemia, Benedictina del monasterio de Santa María de Carbajal) que nos anima a "alumbrar" una nueva editorial: Mi tía la Monja ediciones, Miguel Ángel García, Carlos y el padre de Concha, mis abuelos y mucha gente que se ha ido y que nos está dejando sin que nos podamos despedir.



Espero y deseo que el libro crezca y que como decía Fructuoso, los personajes se puedan trabajar, estudiar al igual que las flores, ¿Qué lectura se esconde detrás de cada flor?

Quedan muchos libros por escribir y muchas flores por estampar.

Siempre encontrarás una flor en el camino que te indique que hay vida.